26 junio 2022

Fresquito, fresquito...

 



Querido lector,


Como dijo Santa Teresa de Jesús: "Vivo sin vivir en mí..." y no precisamente por la ola de calor, que también. Una cadena de incidentes y accidentes imprevistos me han obligado a posponer sine die la presentación de mi novela en sociedad. Nada grave, aunque no te voy a contar mis penas porque eso daría para otro libro y ahora llevo prisa. Solo te diré que si viviera mi suegro me habría recordado aquel refrán que tantas veces me recitó: "Cuando marzo tuerce el rabo no queda oveja sin pelleja ni pastor deszamarrado" y solo habría errado en el mes.  A estas alturas de la película puedo asegurar sin miedo a equivocarme que, cuando los planetas se alinean para joderte los planes, lo hacen a conciencia. 

Te confieso que ahora mismo estoy más colorado que un guiri tomando el sol en la playa de Torrevieja sin protector solar. Reconocer que no se han cumplido los objetivos aunque no haya sido culpa tuya, es lo que tiene. Pero yo prefiero dar la cara a riesgo de que me la partan. Soy así de raro. Lo peor de todo es no poder anunciarte una fecha concreta para el evento de mi novela. Mea culpa, lo siento. Solo tengo algo claro, será después del verano. Porque otra cosa no, pero el calor me deja medio muerto-matao. No solo me vuelvo más lento y más torpe que de costumbre. Cuando sube tanto el termómetro, mi cerebro alcanza un punto de ebullición. Entonces pierdo la concentración y mis pensamientos se bloquean como una cuenta bancaria cuando tiene números rojos. Es lo que yo llamo: Síndrome de gilipollez por calor extremo. Y, aunque lo sufro en silencio como las hemorroides, me da la impresión que no soy el único que lo padece.

Por eso, que mejor que realizar la presentación cuando el verano haya acabado, tengamos todos las pilas recargadas y ese moreno beach o blanco montaña tan deseado. Así, al mismo tiempo que disfrutas de un rato agradable en mi compañía, podrás lucir palmito en la pasarela Velilla de San Antonio que no es tan cool como la pasarela Cibeles pero tiene su punto. Porque eso sí,  a pesar de las todas las adversidades, el lugar de presentación no ha sufrido cambio. 

Yo sé que en nuestro país las vacaciones son sagradas aunque eso no quiere decir, ni mucho menos, que durante tu permiso estival tengas que viajar obligatoriamente a Tierra Santa. Lo que realmente significa es que si no quieres tener cara de bulldog cabreado mejor no llevarte contigo a tu suegra, ni que te llame tu jefe al móvil, ni que un juntaletras cualquiera publique un post en redes sociales que poco o nada tiene que ver con el mojito que te estas tomando en tu lugar de asueto y  merecido descanso. De modo que, desde ahora mismo te prometo no volver a molestarte hasta el mes de septiembre. Eso si, voy a aprovechar la ocasión para recomendarte una lectura fresquita, fresquita para tus momentos de ocio veraniego. ¿Adivinas cual puede ser...? ¡Premio para el caballero/señora!. "Aventuras y desventuras de un bancario". Dispones de él en Amazon. Que lo disfrutes. De corazón.

¡¡¡Felices vacaciones!!!


Hasta la próxima entrada y, no te cortes en los comentarios que, yo tampoco lo haré en mis respuestas. 

 

Bss. 

 

 

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