30 junio 2021

Al pastel...

 







Querido lector,


Sé que te tengo en ascuas. Lo siento. Estoy seguro que desde mi primera entrada te has estado mordiendo las uñas intentando averiguar la trama del libro, pues ya te las puedes dejar largas de nuevo. Hoy te voy a sacar de dudas.

La idea se me ocurrió hace mucho, mucho tiempo. Durante varios años estuve recopilando historias reales que le habían ocurrido a un considerable número de empleados de banca incluyendo un servidor, aunque, no me valía cualquier historia. Solo guardé los hechos más absurdos, esos que dices: “Esto no puede ser verdad...”. Pero fueron tantos y tantos relatos que me han dado para escribir un libro y he tenido que descartar muchos de ellos para que la historia no fuese tan larga como “El Quijote” de Cervantes. ¡Tranquilo! Mi libro solo es un tomo. 

En mi cabeza bullían las ideas como garbanzos dentro de una olla. Tardé mucho tiempo en colocar todos los garbanzos en fila india y construir una historia con todos los relatos irracionales que había seleccionado. La trama cuenta la vida de un empleado de banca ficticio. Un pobrecillo al que le pasa de todo, menos quedarse embarazado. Además de aventura, hay acción, comedia, tragedia, suspense, drama, misterio, intriga, amor, romance, catástrofes… Solo me ha faltado incluir un orco, un cowboy y una nave espacial, aunque he estado tentado de hacerlo, lo reconozco. 

Pero como soy una mosca cojonera, el libro no solo aborda la vida de un personajillo si no que va un poco más allá. He denunciado problemas sociales y laborales reales como la vida misma, eso sí, con el mayor respeto posible a los actores implicados. He incluido temas de actualidad, más espinosos y polémicos que los de Sálvame Deluxe, pero vistos con mi lupa especial de humor e ironía. Y como no tengo pelos en la lengua ni peluquero que los corte, he cargado sin miramientos sobre aquellas personas que se lo merecían. Pero, eso sí, siempre con traje, corbata y recién afeitado. 

Espero que este aperitivo te haya abierto el apetito.

Hasta la próxima entrada y, no te cortes en los comentarios que, yo tampoco lo haré en mis respuestas. 

Bss. 


P.D.: No olvides suscribirte al blog, si no lo has hecho todavía. Sigue siendo gratis, pero mejor por la web que en el móvil no funciona.


23 junio 2021

El alma de la fiesta, el titulo.







 

Querido lector,

 

Que despiste, todavía no te he hablado del título de mi libro. Ya está aquí, recién sacado del horno, nuevo a estrenar: 

"AVENTURAS Y DESVENTURAS DE UN BANCARIO". 

Buscar el nombre y apellido a mi nuevo vástago me ha costado verdaderos dolores de cabeza y algún que otro paracetamol. Pero, cuando lo encuentras... ¡Dios! Sientes un placer parecido a un orgasmo pero sin tembleque. 

El título elegido lo dice todo. Contiene dos palabras opuestas que abarcan tanto la buena fortuna, como la suerte adversa que atraviesa el protagonista. Es mi carta de presentación, es original, intrigante, sutil, pegadizo, reservado, evocador y no, no tengo abuela. Podía haberlo llamado “Bancario, una especie en extinción” pero sonaba a documental de Félix Rodríguez de La Fuente. Otro título que pensé fue “El profesional del boli” pero aquello parecía un manual de escritura. Se me ocurrió también “Historias para leer en la cama” pero es que yo me duermo hasta de pie, los que me conocen pueden dar fe. Sin embargo, no llevaba dos capítulos escritos cuando me enamoré hasta las trancas de un título cuyo nombre no te voy a decir porque las comparaciones son odiosas.

Será porque soy novato, cabezón o tonto del culo pero no suelo hacer caso de los consejos que dan los que saben de esto. Para empezar, muchos de estos visionarios recomiendan que el título de tu obra sea único. ¡Zas! La primera me la llevé en toda la boca. Cuando estaba escribiendo el final de mi manuscrito, me enteré de que, el título elegido no solo servía de apostilla en muchísimas películas, además existían al menos tres libros más con el mismo nombre. Uno de ellos, hasta se ha llevado a la pantalla grande. ¡Mierda! Me sentí como cuando vas a una boda y uno de los invitados lleva el mismo traje que tú. ¿Qué hacer en esa situación si no quieres que la gente te confunda con Zipi y Zape? Pues, improvisar. No queda otra.

En un principio me resistí. No quería cambiar el nombre a mi retoño. Intenté hacerlo único añadiéndole un subtítulo para diferenciarlo del resto de novelas pero, mi Pepito Grillo particular me dijo que aquello no tenía futuro y tenía razón porque lo importante no es que el título me guste a mí, si no que te guste a ti, querido lector. En ese momento se me encendió la bombilla de pensar y comencé a realizar juegos de palabras, crucigramas y sopa de letras, hasta que en una de las múltiples combinaciones apareció el título definitivo: 

"AVENTURAS Y DESVENTURAS DE UN BANCARIO". 

De corazón, espero que te guste.

Ahora sí que sí. Por fin, mi primogénito literario disfrutaba de nombre y apellido y yo tenía un legado que dejar a las generaciones venideras.

Hasta la próxima entrada y no te cortes en los comentarios que, yo tampoco lo hare en mis respuestas. 

Bss.

 

P.D.: No olvides suscribirte al blog, si no lo has hecho todavía. Mejor por la página web que en la versión móvil no hay botón. 

 

15 junio 2021

Comenzando por el principio

 





Querido lector,


Permíteme un par de minutos para contarte un cuento.

Había una vez, un tipo que estaba más zumbado que una abeja dentro de un calcetín, pero apenas se le notaba porque era muy suyo, muy reservado, "muy serio" decían los que no le conocían. Una de las aficiones de este personajillo era escribir. A otros, les da por coleccionar sellos, a él no. Lo mismo escribía en el ordenador que, en la servilleta de un bar, en el rollo del papel higiénico o en el panfleto del Telepizza pero, jamás de los jamases, lo hizo en la pared de un retrete público. Te lo juro por los tres reyes magos. Tenía una gran imaginación y todas las ideas se le acumulaban en la zona baja del cerebelo al lado del occipucio. La única forma de expulsarlas era poniéndolas por escrito. Y, así pasaba los días, entre servilletas de bar y rollos de papel higiénico.

Pero, un propósito empezó a germinar dentro de él como si fuera una mata de tomate. Al principio, era solo una quimera, un sueño inalcanzable, pero, poco a poco, fue creciendo y cobrando forma. No, el proyecto no era una tomatera, era un libro. El personajillo quería plasmar todas sus historias en un relato pero, aun no sabía si escribirlo, si publicarlo o si mandarlo todo a Cincinnati (América del Norte). 

Y, fue en esos momentos, mientras la duda le corroía por dentro, cuando escuchó una frase mágica que, ríete tú de los hechizos de Harry Potter. Alguien le dijo: “No hay huevos…”. Esas tres palabras provocaron una reacción química entre las neuronas del tipejo que, causaron un proceso patológico de difícil diagnostico. A partir de ese momento, surgió el irrefrenable deseo de escribir las batallitas que había visto, que había vivido y que le habían contado, para gozo y disfrute de aquellos seres humanos que quisieran conocerlas.

Pues bien, aquel personajillo medio zumbado soy yo y, mis batallitas se han convertido, por arte de birlibirloque, en un libro muy divertido de aventuras, de muchas aventuras.

Ahora mismo, el manuscrito ya está registrado y se encuentra en plena edición. Se publicará dentro de unas cuantas semanas. ¡Qué nervios! Me tiemblan las canillas.

Hasta que llegue ese momento, desde este mismo lugar, te iré contando el qué, quien, como, donde, cuando y porqué del libro. Pero, solo si tú quieres, por supuesto. Prometo no aburrirte.

Hasta la próxima entrada y, no te cortes en los comentarios que yo tampoco lo haré en mis respuestas.

Bss.


P.D.: No olvides suscribirte al blog. Es gratis.  

08 junio 2021

El arte de publicar sin morir en el intento









Querido lector,


Publicar o no publicar, e ahí la cuestión. Y, te aseguro que no es un asunto baladí. Creo que es la decisión más importante de un escritor y la más difícil de tomar. Alguien me ha dicho no hace mucho que, en todo libro hay una parte escrita que pertenece a la vida de su autor y, enseñar tus vergüenzas a los demás, no suele estar, entre los propósitos de año nuevo. El gen “intimidad” viene de serie en la raza humana, salvo excepciones, como Belén Esteban o la Pantoja de Puerto Rico.


Una vez que, has superado tus prejuicios, te has puesto de acuerdo contigo mismo y tomas la decisión de publicar, vienen los verdaderos quebraderos de cabeza. En el caso de los escritores noveles se denomina: “la gran novatada” o “la gran putada”. Toca entonces decidir si quieres hacer una autopublicación, una coedición o dejarlo todo en manos de una editorial tradicional. Cada una de las opciones tienen sus pros y sus contras que no voy a detallar ahora, para que no nos den las uvas. Pero, ¿Cuál he escogido? Yo soy un poco como Juan Palomo. Solo te diré que, sin tener ni repajolera idea, elegí autopublicar. ¡En qué hora!


Como su nombre indica, autopublicar significa hacerlo todo tú mismo, mejor dicho, hacerlo y/o gestionarlo todo. No te puedes hacer una idea de lo largo que es el proceso y la cantidad de decisiones a tomar. Con tu permiso, te lo voy a resumir. 


Todo empieza cuando escribes la palabra "Fin" en tu obra. Una vez terminado el manuscrito, hay que leerlo, releerlo y, volverlo a leer una tercera vez para dejarlo todo a tu gusto. Ya me lo sé casi de memoria. El siguiente paso es muy importante, hay que inscribirlo en el Registro de la Propiedad Intelectual como si fuese tu propio hijo, sangre de tu sangre. Perdón, creo que, esta vez me he pasado un pelín. Después, viene la corrección de todos los errores, lo puede hacer el autor o un profesional, pero, en cualquier caso, conlleva leerlo otras dos veces más, como mínimo. Al mismo tiempo, tienes que diseñar la portada. La puedes diseñar tú mismo si te gusta el chocolate con churros, o mandarla hacer a un ilustrador si eres más del té de las cinco acompañado por, sándwiches de salmón con pepino y queso, cupcakes y scones. Además, si quieres que tu libro tenga prólogo te toca redactarlo, aunque, lo ideal es encargarlo a un escritor consagrado para que otorgue algo de prestigio y credibilidad, a tu relato y a ti. A continuación, sigue la maquetación que, mira tú por donde, es diferente para un libro digital que para uno en papel. ¡Qué cosas! Todo el proceso hasta aquí se denomina "edición". Más tarde, le toca el turno a la propia publicación, puede ser en algún portal como: Amazon, La Casa del Libro, Fnac, Google, Bubok, Lulu o, donde te salga del fafarique. Y, por último, y no menos importante, la promoción de la obra en redes sociales, librerías y paradas del autobús. ¡Uf! Dejadme un punto y aparte para respirar. 


Ya... Como ves, el camino, desde que se acaba de escribir un libro hasta que tienes un ejemplar en tus manos o en una tablet, es largo cual esperanza de pobre. Lamento decirte que todavía falta algún tiempo para que puedas adquirir un ejemplar de mi libro, por eso, te ruego tengas paciencia. Todo en esta vida llega cuando tiene que llegar, ni antes ni después.

 
Hasta la próxima entrada y, no te cortes en los comentarios que, yo tampoco lo haré en mis respuestas.


Bss.

 

P.D.: No olvides suscribirte al blog, si no lo has hecho todavía. Sigue siendo gratis. Pero, por favor, hazlo por la web que por el móvil no funciona. 

El día que perdí la virginidad

  Querido lector   ¡Por fin! Después de mucho tiempo y muchas vicisitudes, el pasado viernes día 14 de octubre de 2.022, dejé de ser virgen....